SACANDO PARTIDO A LA COCINA

Una cocina pequeña no tiene porque ser una cocina aburrida. La falta de espacio no tiene porque suponer un problema para crear un rincón que resulte agradable y de acuerdo con el resto de la decoración de la vivienda. No hay que preocuparse por esa falta de metros, sino que hay que aprovechar las posibilidades que ofrece la decoración de una cocina pequeña.

Uno de los principales elementos que ha de tenerse en cuenta es la luz. Cuanta más luz natural, más posibilidades para decorar la cocina hay. Además, la abundancia de luz hace que el espacio resulte más amplio y diáfano, aunque realmente la cocina sea muy pequeña y presente dificultades para instalar muebles o complementos demasiado aparatosos.

En las paredes se pueden utilizar colores claros, que realcen el espacio y permitan reflejar la luz que entre por la ventana. Eliminando la cortina de esta también se gana luminosidad y se evita recargar algo la pared que da al exterior, ganando amplitud en la estancia. El blanco es uno de los colores más presentes en las cocinas, precisamente por este motivo.

Además, si se combina con colores brillantes se rompe la monotonía del color blanco y permite que las paredes no sean tan monocromáticas. La presencia de estos colores brillantes también puede estar presente en los muebles, de manera que no entorpezcan la visión ni produzcan agobios en la cocina, pero que aporten algo más de entidad a la decoración.

Las cocinas de muchos pisos no tienen la posibilidad de tener mesas para comer en ellas, pero si hay un poco de espacio para ella, se puede poner una plegable, que permita guardarla si no se utiliza y mantener el espacio que se necesita cuando no está en uso. Además, también puede utilizarse para otras cosas y ganar algo de espacio. Todo vale para crear un ambiente acogedor, agradable y amplio, aunque los metros disponibles sean escasos y no permitan muchas combinaciones.